Diez consejos para ser mejores padres en cuarentena
En medio del confinamiento familiar, el
área de Programa de Familia de la Fundación San Carlos de Maipo diseñó un
decálogo para ayudar a padres con sus hijos durante el encierro.
1. Parentalidad en cuarentena
Lo primero al hablar de parentalidad en una situación de crisis,
es poder manejar las expectativas respecto a la convivencia y la conducta de
nuestros hijos e hijas. Es importante comprender que estamos en una situación
excepcional, por lo que las excepciones pueden ocurrir y es esperable que así
sea para poder dar prioridad a lo realmente importante. Por ejemplo, estamos
compartiendo los espacios, por lo que para un niño lo que antes era su comedor
no pasa automáticamente a ser la oficina de la mamá donde ahora no pueda hablar
o acercarse solo porque actualmente hay un computador sobre la mesa. No pasa
nada si un niño se cruza o saluda en una reunión o si ve más televisión que
antes de la cuarentena. A situaciones excepcionales, permisos excepcionales.
2. Buenas
instrucciones
En el caso de niños pequeños, ser claros en lo que les pedimos es
muy importante para mantener nuestras expectativas del comportamiento. Pedir
algo de la siguiente manera: nombre del niño/a y adolescente + "haz"
+ lo que queremos que haga + " ahora, por favor" es una forma que el
niño podrá seguir fácilmente y que no genera espacio de incertidumbre. Esta
instrucción debe ser dada en un tono firme, pero cariñoso, sin transformarse en
algo agresivo. La claridad en el mensaje generará mejores resultados a la hora
de buscar que nuestros hijos respeten normas mínimas de convivencia por largas
temporada de tiempo.
Es importante dar instrucciones claras. Por ejemplo, cuándo a un
niño le pido que ordene su habitación, probablemente no tendrá seguridad de las
acciones específicas a las que nos referimos. Distinto y más eficiente es decir
las tareas concretas: hacer la cama, guardar los juguetes en un lugar
específico, dejar la ropa sucia en su lugar.
3. Las
rutinas en crisis
Mantener rutinas le permite a nuestros niños y niñas sentir
ciertos niveles de certezas y de control en el mundo que los rodea, lo que a su
vez impacta en disminuir la ansiedad en contextos de crisis. Es importante que
cada familia pueda evaluar las rutinas y hábitos que son esenciales (dado que
en este contexto se vuelve imposible mantener todo tal cual) y se entregarán
tips puntuales para algunas de las rutinas más comunes y que se espera que se
puedan mantener.
4. Hermanos
en cuarentena
Poder mediar de manera efectiva en las peleas entre hermanos en épocas
de cuarentena se vuelve esencial al pensar que se continuará con la convivencia
y que es necesario disminuir los factores estresores a los que está expuesta
toda la familia.
5. Sobrevivir
a un adolescente en cuarentena
La convivencia con adolescentes es un desafío incluso sin
cuarentena. Lo primero es poder concientizar las expectativas que tenemos de
este período de encierro. No, no es convertirnos en mejores amigos, pero si es
una oportunidad para involucrarnos y conocerlos en el proceso de cambio que
están viviendo. Para esto es esencial respetar los espacios, lo que podría ser
un consejo muy contraintuitivo: alejarse para estar más cerca. Necesitan estar
más tiempo en el celular conectados a sus amigos, necesitan soledad y ese
respeto generará el espacio para ser bien recibidos. Oportunidad para conocer
los intereses y las reflexiones, fantasías e ideales que marcan tanto a
nuestros adolescentes.
6. Reuniones familiares
Una herramienta concreta con pasos concretos para facilitar la
convivencia en el hogar. En la crisis que nos encontramos viviendo, los
encuentros familiares ayudan además a administrar las tareas del hogar, bajo el
mismo precepto: es una herramienta donde se involucra a los niños, niñas y
adolescentes, en lugar de imponer tareas y reglas que son más difíciles de
adoptar por ellos.
7. Emociones
en tiempo de crisis
La regulación emocional de los padres y cuidadores y cómo lograrlo
es esencial para que esta experiencia no afecte negativamente a los niños y
niñas. Cómo nos contenemos para ser contenedores, además de qué y cómo hablamos
de la crisis, será importante en este proceso.
8. Tener
tiempo juntos
Más allá del cliché, la crisis es una oportunidad. Una oportunidad
para conectarnos dentro de la familia, para lo que se dan actividades en
concreto que pueden tener este efecto. Conectarse a nivel emocional, más allá
de estar compartiendo un mismo espacio.
9. Comunicación
efectiva
Pensemos en una conversación relevante que hayamos tenido con
nuestros hijos o hijas. Ahora pensemos cuánto de ese tiempo destinamos nosotros
a hablar y cuánto hablaron nuestros hijos o hijas. Y pensemos cuánto de lo que
ellos dijeron nosotros realmente escuchamos. La comunicación efectiva es una
herramienta de interacción bidireccional, en la que los adultos tenemos una
gran responsabilidad. Por ejemplo, con nuestros niños, niñas y adolescentes es
muy importante desterrar de nuestro lenguaje de adultos expresiones como
"tú eres un flojo" o "tú eres un desordenado". Los adultos
debemos hablar desde lo que sentimos ante la conducta de los NNA, y no desde
las etiquetas que les ofrecemos o el reflejo que les entregamos respecto a su
identidad. Así encontraremos en ellos recepción de nuestras preocupaciones.
10. Motivar
y alentar
Nuestro mundo latinoamericano está muy acostumbrado a que
solamente debe destacarse lo malo y corregirlo, y no felicitar por lo bueno que
se está haciendo, aún cuando eso sea algo cotidiano. “Con el deber no más cumple”
es una frase muy arraigada en nuestra cultura. Felicitemos a nuestros hijos por
un trabajo bien hecho o el esfuerzo de intentarlo, que puede ser con cosas tan
simples como haber ordenado la mesa para comer cuando se les pidió. Aun cuando
sean cosas simples y cotidianas, es el refuerzo positivo y no el negativo el
que permite fijar un nuevo hábito. Más se gana con una gota de miel, que con un
barril de vinagre
0 comentarios:
Publicar un comentario